Como hijo del pintor de iglesias Wilhelm Fischer, el pintor Wolfgang Beltracchi creció rodeado de pinturas seculares e interpretaciones pintorescas de temas religiosos. Debido al amor del padre por la pintura holandesa del siglo XVII, el joven pintor se vio influenciado por la técnica de los “viejos Maestros”. Con 15 años ya alcanzó grandes habilidades pictóricas gracias a las instrucciones de su padre.

Con 17 años empezó sus estudios de escultura, ilustración y fotografía en la “Escuela de Arte de Aquisgrán”.

En su juventud amplió su conocimiento de la pintura europea de los diferentes siglos durante sus viajes por Europa y África del Norte.

Presentó con éxito sus primeras obras desde 1975. Aparte de la pintura, escribió guiones, produjo clips de vídeo y se ocupó de la creación de documentales. Aunque su campo de trabajo principal siempre fue la pintura y escultura.

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